La celebración del Día Mundial Sin Tabaco cada 31 de mayo, es una oportunidad para difundir y promover acciones concretas y efectivas destinadas a prevenir las ECNT y la promoción de entornos saludables. Dado que existe una relación entre los ámbitos en los cuales transcurrimos la vida cotidiana y las decisiones que tomamos, es más probable elegir opciones más saludables si el entorno que nos rodea nos ofrece fácilmente dichas alternativas. En este marco es importante fomentar espacios libres de humo, la ejecución de actividad física, el consumo de frutas y verduras, entre otras medidas.
En Argentina, el consumo de tabaco, acompañando las tendencias internacionales continúa descendiendo de manera significativa. Entre 2013 y 2018 se observó un descenso de casi 3 puntos porcentuales en la prevalencia de tabaquismo en adultos.
Se estima que el humo de tabaco contiene unos 7.000 componentes, de los cuales casi 70 son sustancias que producen cáncer y otros pueden ser tóxicos para el cuerpo humano. El humo visible representa sólo el 5-8% de lo que se produce al fumar un cigarrillo. El resto, está compuesto de gases invisibles, entre los que se incluye el gas cianhídrico, un gas venenoso que reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno y el monóxido de carbono (CO) un gas muy tóxico que constituye del 3 al 6% del humo inhalado. Al fumar, todos los órganos reciben menos oxígeno. Por ello, dificulta seriamente la respiración normal del individuo fumador, muy especialmente, si se somete a ejercicio aeróbico.
La práctica regular de ejercicio físico constituye un beneficio para la salud. El tabaquismo genera enfermedades, interfiere en los beneficios de la actividad física y reduce la longevidad, así como la calidad de vida. Toda persona fumadora que comienza un plan de acondicionamiento, debe tener en cuenta que parte con limitaciones cardiorrespiratorias previas. La recuperación post-esfuerzo de un fumador es mucho mas lenta, así como la pérdida de la masa muscular acelerada por la elevación de una enzima que degrada la misma y la lenta síntesis de proteínas de los fumadores.
Si usted es fumador o tiene a alguien cercano que lo es, debe saber que el ejercicio físico está considerado como una estrategia útil para dejar de fumar ya que reduce drásticamente el deseo y los síntomas de abstinencia. Entrenar , puede prevenir los síntomas típicos de esta fase para los que intentan dejar de fumar, como ser el estrés, la ansiedad y la alteración del sueño.
Por último, uno de los grandes problemas para muchas personas a la hora de dejar de fumar es el aumento del peso corporal. Esto ocurre por la aceleración del metabolismo que produce la nicotina, pudiendo mantenerse elevada con el ejercicio y aliviar este problema.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FISICO PARA FUMADORES Y EX FUMADORES
Un buen entrenamiento, guiado y planificado, puede ayudarle a superar la dura fase del abandono del tabaco aportando los beneficios que este tiene para el ex fumador:
– Aumenta el transporte de oxígeno al cerebro
– Ayuda a consumir calorías y mantiene el peso ideal
– Mejora los niveles de colesterol y presión arterial
– Produce distracción para que no te acuerdes del tabaco
– Elimina la tensión y ansiedad
– Disminuye el estado de irritabilidad
– Mejora el estado de ánimo, controlando y previniendo la depresión